El presidente Zelensky ha agradecido a los Estados Unidos después de que Washington aceptara suministrar bombas de racimo a Ucrania. Es un arma que ha sido prohibida por más de cien países en todo el mundo. Pero Ucrania ha estado presionando por las granadas de artillería que lanzan múltiples explosivos para ayudar en su contraofensiva contra las fuerzas rusas. Rusia ha estado utilizando estas armas desde el inicio de la guerra. Grupos de derechos humanos afirman que las bombas de racimo matan indiscriminadamente y los dispositivos no explotados pueden representar un peligro para los civiles durante muchos años. Sophie Raworth presenta las noticias de la BBC a las diez con el informe de Gordon Corera en Kiev y Gary O’Donoghue en Washington.