La policía israelí chocó con multitudes de manifestantes por la noche después de que el parlamento adoptara una ley muy controvertida para limitar los poderes del Tribunal Supremo.
La medida, parte de un amplio paquete de reformas, evitará que el tribunal anule acciones del gobierno que considere irrazonables.
La policía en Jerusalén y Tel Aviv utilizó cañones de agua para dispersar a los manifestantes que bloqueaban las autopistas.
Los críticos han dicho que las reformas del gobierno de extrema derecha amenazan la democracia israelí.