Una vez que el personal haya obtenido la certificación de la Agencia Estatal de Seguridad Aérea, que acredita haber superado las pruebas de conocimiento y las aptitudes prácticas correspondientes, los servicios de emergencias de Castilla y León contarán con los primeros 28 pilotos de drones en el Centro Coordinador de Emergencias, el Grupo de Rescate y Salvamento y la Unidad de Apoyo Logístico y Emergencias de la Agencia de Protección Civil y Emergencias. Esto permitirá que los drones se conviertan en un recurso más del sistema y puedan utilizarse tanto para prevenir catástrofes como para gestionar emergencias, facilitando la toma de decisiones de manera rápida.
15 de agosto de 2023
Castilla y León | Consejería de Medio Ambiente, Vivienda y Ordenación del Territorio
El uso de la tecnología RAPS (Sistema de Aeronaves Tripuladas por Control Remoto) es relativamente nuevo en las actividades de rescate y seguridad. Sin embargo, los diferentes organismos públicos encargados de gestionar emergencias y seguridad en sus diversas vertientes están tomando en serio el uso de drones como un recurso emergente en estos campos debido a su maniobrabilidad y rapidez de actuación.
No obstante, la popularidad de los drones no debe llevar a pensar que cualquier persona puede pilotar cualquier tipo de dron. El manejo de estas aeronaves requiere tener uno u otro tipo de certificado y licencia que acredite haber superado las pruebas de conocimiento y aptitudes prácticas exigidas por la Agencia Estatal de Seguridad Aérea (AESA), según el tipo de dron y la actividad a realizar, tal y como se establece en el Real Decreto 1036/2017, que regula la utilización civil de las aeronaves pilotadas por control remoto, y en el Reglamento de la UE 2019/947 sobre las normas y procedimientos aplicables a la utilización de aeronaves no tripuladas.
La Agencia de Protección Civil y Emergencias no quiere desaprovechar la versatilidad que ofrecen los drones para convertirlos en un recurso adicional en sus funciones de coordinación del sistema de Protección Civil de Castilla y León.
Centrándose en que la tecnología empleada por estos vehículos no tripulados puede mejorar la planificación de las actuaciones de emergencia y la coordinación de los recursos involucrados, ha dispuesto que 28 trabajadores del Centro Coordinador de Emergencias de Castilla y León (CCE), del Grupo de Rescate y Salvamento y de la Unidad de Apoyo Logístico y Emergencias (UALE) obtengan la certificación de la AESA que los acredita como pilotos a distancia de drones en las categorías abiertas A1/A3 y en la categoría específica de escenarios estándar nacionales (‘STS-ES’).
Las empresas adjudicatarias de los contratos administrativos que respaldan estas unidades operativas de emergencias de Castilla y León ya cuentan con la certificación que las acredita como operadoras de drones, por lo que la Agencia de Protección Civil y Emergencias trabajará para identificar situaciones críticas en las que los drones puedan brindar ayuda de manera efectiva y aprovechará las buenas prácticas en el uso de estas aeronaves no tripuladas que ya se han demostrado eficaces en la gestión de emergencias en otros territorios y por otros organismos para aplicarlas en Castilla y León.
Aplicaciones de la tecnología
Por tanto, esta tecnología se utilizará como ayuda en el diseño de planes de emergencia o como apoyo a los equipos de lucha contra incendios tanto en tareas de prevención como de extinción, aprovechando las ventajas de su visión dentro del denso humo.
Además, los drones colaborarán en el rescate de personas, ya que pueden llegar a lugares remotos o de difícil acceso y recorrer una gran extensión de terreno en poco tiempo, proporcionando información precisa sobre dónde se ha producido el incidente y dónde se encuentran las posibles víctimas gracias a los sistemas de GPS y geolocalización, así como a los sensores infrarrojos y térmicos que incorporan.
Otras aplicaciones incluyen guiar a personas desorientadas, una de las emergencias que se atiende frecuentemente desde el 1-1-2; transportar medicamentos, alimentos u otros bienes esenciales a las áreas afectadas por una catástrofe; realizar tareas de vigilancia y seguridad en grandes concentraciones de personas; y brindar apoyo en la coordinación de situaciones de emergencia, evitando así poner en peligro vidas humanas.
Prácticas como las mencionadas, que ya han sido probadas, demuestran que los drones deben convertirse en un recurso adicional dentro del sistema de Protección Civil, ya que tienen la capacidad de proteger a las personas, los bienes y el entorno, e incluso salvar vidas, cuando son utilizados de manera responsable por pilotos capacitados para manejarlos.