El Ayuntamiento de Madrid destaca un espacio emblemático e histórico de la ciudad en un lugar declarado Patrimonio Mundial por la Unesco: el foso de los monos en el parque de El Retiro. Durante casi siglo y medio, este foso fue el hogar de decenas de babuinos. Fue en 1830, durante el reinado de Fernando VII, cuando la Casa de Fieras que inauguró Carlos III junto al Jardín Botánico y luego se trasladó cerca de la Puerta de Alcalá, se estableció en su ubicación actual, en la zona más cercana a la puerta de Sainz de Baranda.
El delegado de Urbanismo, Medio Ambiente y Movilidad, Borja Carabante, ha visitado la instalación esta mañana, acompañado por el concejal delegado de Limpieza y Zonas Verdes, José Antonio Martínez Páramo, para verificar el resultado de las obras de rehabilitación que se han llevado a cabo durante un mes y medio. Según explicó Carabante, esta actuación forma parte de la estrategia de «conservar, mantener y recuperar lugares emblemáticos dentro de El Retiro, como la reciente restauración de la Montaña de los Gatos, que ha sido muy bien recibida por los visitantes del parque». En este sentido, el delegado resaltó el objetivo del Ayuntamiento de promover El Retiro «como un pulmón verde, pero también como un pulmón cultural, educativo y de protección de nuestro patrimonio».
El foso de los monos es ahora un recuerdo, un museo al aire libre que solía ser un lugar de referencia para miles de madrileños, especialmente niños, que disfrutaban de las hazañas de los primates en ese lugar. Esperaban ser recompensados con cacahuetes y trozos de pan que los espectadores les lanzaban desde los límites del quiosco artificial.
La Casa de Fieras y todas las áreas que la componían, incluido el foso de los monos, cerraron en 1972 para finalmente establecerse y expandirse en el zoológico de la Casa de Campo. Desde entonces, el foso se ha mantenido en El Retiro como una exhibición decorativa para recordar que fue parte de ese icónico zoológico y para perpetuar su memoria colectiva.
El Ayuntamiento ha invertido 148,575 euros en esta restauración. Las obras comenzaron el 16 de agosto pasado y terminaron el 26 de septiembre. La restauración se ha llevado a cabo de manera respetuosa con los materiales históricos del edificio. Debido al deteriorado estado de los enfoscados de las paredes y los suelos, la oxidación y la falta de protección en la pintura de letreros y figuras decorativas, fue necesaria una intervención integral.
Se han restaurado los suelos utilizando materiales originales y se han aplicado soluciones constructivas adecuadas para mejorar la estabilidad de los paramentos (paredes enfoscadas con revocos de cal y mallas de fibra de vidrio) y evitar la aparición de fisuras y grietas. Los muros se han terminado con una pintura transpirable especial para estructuras históricas, lo que permite que respiren y evita la acumulación de humedad que daña los enfoscados y las pinturas.
En el suelo, se han reparado todas las fisuras y las grietas con mortero de reparación y se ha aplicado una pintura especial de cloro de caucho resistente para protegerlo de las inclemencias del clima y del tránsito.
Los letreros y las figuras decorativas han sido reparadas, ya que presentaban una importante oxidación y suciedad, al igual que las puertas de acceso al foso y las interiores. También se ha intervenido en los forjados para eliminar la oxidación y protegerlos con pintura.
Con el fin de poder ver de cerca el resultado de estas obras de restauración realizadas en este punto de El Retiro y descender al foso de los monos, la dirección del parque habilitará la posibilidad de realizar visitas en grupo con cita previa.