Regresa ‘Pesadilla en la cocina’, el emblemático y exitoso programa de laSexta. El programa abre las puertas de una novena temporada que promete combinar los ingredientes que conforman la esencia de este icónico formato con nuevas realidades, protagonistas y conflictos, todos al servicio de un objetivo común: salvar a hosteleros y restaurantes al borde del colapso.
El caos en las cocinas y los desafíos de Chicote
El caos, la suciedad y la anarquía en las cocinas serán los principales desafíos a los que se enfrentará Alberto Chicote. Una edición más, el chef se verá inmerso en nuevos retos para que los restaurantes puedan cambiar sus conflictos o deudas por clientes satisfechos. Esta temporada presentará un doble desafío para Alberto Chicote: lidiar con personalidades conflictivas y reconducir a unos propietarios y empleados completamente perdidos, enfrentándose a situaciones de suciedad extrema, instalaciones eléctricas defectuosas, neveras en mal estado e insectos campando a sus anchas.
Pesadilla en la cocina, un programa icónico de laSexta
‘Pesadilla en la cocina’ se ha convertido en uno de los grandes pilares del entretenimiento de laSexta. Desde su inicio, el chef y su equipo han visitado casi un centenar de restaurantes, tratando de salvarlos de las situaciones más extremas con consejos gastronómicos, empresariales y personales. Durante estos años, Alberto Chicote ha demostrado perseverancia, paciencia y tenacidad para enfrentar los desafíos que se le han presentado. Además, ha mostrado su cercanía e implicación en cada uno de los casos.
El formato ha contado siempre con un gran seguimiento del público, acumulando más de 36,7 millones de espectadores únicos a lo largo de su historia, lo que significa que más del 82% de la población lo vio en algún momento. Su debut fue el segundo estreno histórico de entretenimiento más visto de la cadena, solo superado por ‘El jefe infiltrado’.
A lo largo de más de diez años, ‘Pesadilla en la cocina’ logró una media histórica del 10,7% y más de 1,8 millones de espectadores, posicionándose como líder frente a su competencia.
Primera parada: Nicasso, un restaurante a la deriva
En su inicio de temporada, ‘Pesadilla en la cocina’ se trasladó a Barcelona para atender la llamada de auxilio del Nicasso, un restaurante especializado en comida mediterránea que atravesaba su peor momento. Al frente del negocio estaba Manel, un hostelero desorganizado que no encontraba el camino correcto para convertir el Nicasso en un lugar atractivo. Aunque el local no mostraba señales alarmantes desde fuera, en su interior había muchos problemas: cucarachas, falta de limpieza y un ambiente caótico que amenazaba las esperanzas de Manel.
Manel contaba con la ayuda de Vanesa y Gabriela, quienes se sentían desbordadas por la situación. Además, su hijo Jonathan, propietario de una quesería cercana, acudía frecuentemente en su ayuda.
Los retos de la nueva temporada
La variedad de restaurantes en esta novena edición destaca por su diversidad. Alberto Chicote llegará al rescate de las formas más diversas: en una moto de los años 70, en un pequeño vehículo turístico, en bicicleta, en barco o incluso haciendo senderismo.
Desde un restaurante asturiano dirigido por una pareja de origen rumano, hasta una oferta gastronómica donde los problemas no son solo las brasas, sino los insectos. También se visitará un restaurante peruano con raciones familiares, un bar motero y otros lugares con historias conmovedoras sobre superación y redención, donde ‘Pesadilla en la cocina’ empleará todas sus herramientas para ayudar a aquellos propietarios que ven esta como su última oportunidad.
Doce años de éxito gastronómico y televisivo
‘Pesadilla en la cocina’ es la versión española de ‘Kitchen Nightmares’, un formato de éxito internacional que lanzó a la fama a Gordon Ramsay. A lo largo de sus doce años, ha recorrido toda España, visitando restaurantes con todo tipo de ofertas gastronómicas. También ha viajado fuera de nuestras fronteras para ayudar a hosteleros en situaciones insostenibles.
El camino ha sido complicado y estuvo lleno de desafíos, trabajando con material sensible relacionado con el sustento de familias y las emociones de sus protagonistas. La finalidad del programa ha sido siempre ayudar a restaurantes que lo necesitan, dotándolos de las herramientas necesarias para seguir adelante. A través de los años, el componente humano ha sido fundamental, mostrando a un Alberto Chicote totalmente comprometido no solo con los problemas de los restaurantes, sino también con las dificultades personales de los protagonistas.
Cada vez más exigente, Alberto Chicote continúa tratando cada restaurante como el primero, manteniendo el mismo sentimiento de satisfacción cuando las cosas salen bien y los restaurantes tienen una nueva oportunidad.
