Agentes del grupo de Protección del Entorno Urbano (Proteu) de la Policía Local de Santa Cruz, en colaboración con la Brigada Provincial de Policía Judicial de la Policía Nacional, han imputado un posible acto de maltrato animal continuado y agravado a un hombre de 37 años, identificado como J.P.P.S., por la muerte de al menos 15 animales en una antigua granja abandonada en la zona de El Tablero. En esta operación, otras ocho personas también figuran como implicadas y han sido denunciadas por diversas infracciones administrativas relacionadas con este caso.
Detención y condiciones encontradas
La detención de este individuo fue llevada a cabo por agentes de la Policía Nacional, después de que las fuerzas policiales recibieran un aviso ciudadano en el que se reportaba el estado de la granja. Inicialmente, los agentes encontraron en el lugar animales en muy mal estado, incluyendo algunos muertos y numerosos restos óseos de perros y algunas ovejas. Las condiciones de insalubridad y maltrato halladas llevaron a una intervención de urgencia y a una investigación conjunta por parte de las autoridades.
Posibles sanciones económicas
El principal acusado, junto con los demás implicados, podría enfrentar sanciones económicas bajo la Ley 7/2023 de Protección de los Derechos y Bienestar Animal, que alcanzarían en su cantidad máxima unos 620.000 euros. Las distintas inspecciones realizadas en la granja, los testimonios recabados y la verificación de identificación de algunos animales fallecidos permiten atribuir directamente a J.P.P.S. la muerte de 15 animales en condiciones de maltrato.
Condiciones de los animales
Las investigaciones llevadas a cabo confirmaron que los animales no contaban con acceso a agua ni alimento, y muchos de ellos estaban atados con cadenas muy cortas, lo que llevó a una muerte lenta por inanición, según los informes veterinarios. También se encontró una cuerda utilizada para matar perros, especialmente aquellos que son empleados para cazar y que dejan de ser útiles.
Responsabilidades y hallazgos
Entre los cuerpos de los animales hallados en el lugar, muchos eran de razas especializadas para la caza. Gracias a un meticuloso proceso de identificación, algunos de ellos contaban con microchip, lo que ha permitido establecer las posibles responsabilidades de las personas implicadas en el caso.
Revuelo social y detalles adicionales
Desde el inicio del servicio, se enviaron las diligencias pertinentes a los juzgados, aunque muchos trámites y datos aportados por las fuerzas policiales todavía estaban en curso. Esta intervención generó un gran revuelo en la sociedad y en los medios de comunicación, especialmente por la difusión de videos sobre el estado de lo que se ha denominado “granja de los horrores”. La actuación policial fue denominada ‘Operación Twiggy’, en honor a una de las podencas desnutridas encontradas en este lugar.
Inicio de la investigación
La Policía Local fue requerida en la primera semana de enero de un año anterior por el personal de Valle Colino tras una denuncia ciudadana sobre la presencia de perros sueltos en la finca abandonada. En la intervención inicial, se localizaron a dos perros en buen estado y se identificó a una persona que habitaba el lugar. A pesar de que este hombre se atribuyó la propiedad de los animales, no pudo presentar la documentación necesaria.
Los agentes del Proteu, al inspeccionar el resto de la granja, encontraron más animales en pésimas condiciones, lo que llevó a solicitar labores de fumigación para continuar con la recolección de pruebas que sustentaran el caso.