Desde principios de noviembre, seis imágenes firmadas por el fotógrafo español Daniel Agra entrarán a formar parte de su colección permanente de fotografía del Museu Marítim de Barcelona.

Desde que en 1999 el Museu apostara por una apertura mayor hacia la ciudadanía – hay que recordar que se creó en 1936 -, la fotografía tiene una presencia destacada a distintos niveles con colecciones históricas y documentales que han ido adquiriendo y completando también gracias a las donaciones o adquisiciones.

Las seis imágenes de Agra que se incorporan forman parte de la colección Abyssurbs y, son, precisamente, las que previamente fueron expuestas en el contexto de Fotonostrum al lado de las del maestro del siglo XX Helmut Newton, que exponía su Private Property. 

“La narrativa visual poética tanto de Private Property como de Abysurbs es la misma y cuando propusieron exponer junto a uno de los máximos exponentes de la fotografía actual no hubo momento de duda. Era todo un honor y ahora lo es que estén en Barcelona. Las fotografías hablan del ser humano y de su relación con el mundo. En este caso, el hecho de que las copias acaben formando parte del Museu Marítim tiene algo de poético en sí mismo porque es devolver a Barcelona lo que me dio en los primeros 17 años de mi vida” explica.

Abyssurbs es, para Agra, un reflejo de esa parte de la sociedad que siente la individualidad como parte de la deshumanización a favor de valores como el económico. Es la sensación de la ciudad como tránsito de seres vivos que están rodeados de personas y entornos, pero sin embargo, potencia el anonimato.

En sus composiciones se pueden ver espacios de encuentro relativamente conocidos en Galicia aportando un lenguaje visual que permite al espectador una interpretación libre. “Precisamente varias de las fotografías tienen ya la aplicación de dos filtros ópticos de desarrollo propio que buscan esa abstracción” explica de la forma de presentar la imagen con desenfoco en ciertas zonas del resultado.

Su apuesta por este trabajo en blanco y negro busca, precisamente, evitar las distracciones, centrando la atención en el propio encuadre. 

Si hay algo que tienen como hilo conductor las seis imágenes donadas es, precisamente, el agua. La lluvia y el mar son, en este caso, una oda a la interiorización del ser, a ese aislamiento que viene dado por las grandes ciudades y por la sociedad actual. Y ningún sitio para exponerse de forma permanente como el Museu Marítim, desde ahora su hogar.