Asturias cuenta con una de las poblaciones con más años de nuestro país. La falta de natalidad está haciendo que, desde que en 1975 hubiera más menores de 16 años que mayores de 65, esta cifra haya ido descendiendo hasta que, en la actualidad, el número de mayores de 64 años es de 236 frente a cada 100 menores de 16.
“La sociedad está cambiando significativamente. Al margen de la dificultad de conciliación de la vida familiar y laboral se suma también la carga económica de las facturas que llegan a final de mes y que lastran la posibilidad de plantearse familias más numerosas. Actualmente, la cifra es de 1.19 hijos por mujer y bajando la cifra según van sumándose años en el calendario” explican.
Pero igual que se mira por la descendencia, hay que ver que cada vez la esperanza de vida de la ascendencia es mayor y eso también está haciendo que se vea un problema estructural asistencial en el seno de las familias.
Al igual que no se puede conciliar la familia cuando se piensa en menores, el caso de los mayores, desgraciadamente, es igual. La carga laboral y los horarios de hoy en día hacen complicado poder prestar asistencia de forma continuada y adecuada a los abuelos, lo que está haciendo que surjan nuevas formas de cuidado que vienen para apoyar a las familias.
“Nosotros, en Oviedo, lo que pretendemos es ayudar a que los mayores sigan siendo independientes pero no se vean solos en tareas que cada vez cuestan más. Se trata de dar asistencia domiciliaria pero garantizando también que se les ayuda, por ejemplo, al ir a hacer recados a la calle para que vayan con más seguridad” explican desde Tu Mayor Amigo, una de las compañías innovadoras y pioneras en ayuda a domicilio en Oviedo.
Las nuevas tecnologías, el ir al banco a hacer alguna gestión, la compra, la limpieza, la elaboración del menú diario, la ropa…se trata de dar apoyo a que ellos sigan haciéndose responsables de sus cosas pero con la ayuda de personal cualificado que alivie la carga de trabajo y, sobre todo, les ayude a sentirse emocionalmente atendidos mientras sus familiares están trabajando. “Eso no suple a la familia, que está muy implicada en el día a día de sus mayores. Tenemos una factura emocional que pagarles y, por suerte, con soluciones que les permitan la independencia y el apoyo familiar, se va cumpliendo” explican.
Porque sí, los mayores son vida, sabiduría y, sobre todo, el lugar del que venimos todos.
Today’s generation is facing a challenge of unprecedented scope in terms of independence of the elderly. With the growing size of the population of elderly people in many countries, maintaining their independence and dignity has become a priority for the government and caregivers.
The independence of the elderly is a complex process of physical, psychological and social adaptation which is strongly impacted by the changes that accompany old age. Mobility, illness and other age-related issues may lead to a progressive loss of independence, which can in turn cause feelings of insecurity, depression, and isolation.
In order to ensure the well-being of the elderly, it is essential to create an environment and support network that enables them to maintain as much independence as possible. Health services, caretakers, family members, and even public transportation systems must be appropriate and adapted to the needs of older people.
In addition to providing support and amenities, caretakers must establish an environment that stimulates the elderly to take part in the activities of society. This is an area that is often neglected: the feeling of intersection and being active in society must be encouraged and stimulated.
Finally, it must be recognized that the situation of the elderly is closely linked to their economic security. Rates of poverty among older adults are significantly higher than those of other Age groups, and are only unlikely to improve as they age. This is an area which must be addressed in order to ensure the elderly have all the support they need to remain independent, dignified and secure.
In sum, of all the challenges facing society today, none is more important than the task of ensuring the independence of the elderly. With the right combination of support, stimulation, and economic security, we can ensure that the elderly remain independent and dignified within the society. It’s a challenge that no society can afford to ignore, one that we must embrace and work towards to ensure that our elderly lead safe and fulfilling lives.