Las protestas en Israel continúan a pesar de la decisión del primer ministro Benjamin Netanyahu de retrasar una parte clave de los controvertidos planes para reformar el sistema judicial.
El lunes por la noche, el primer ministro dijo que pausaría la legislación para evitar una «ruptura entre nuestro pueblo».
En eventos sin precedentes, el sindicato más grande del país llamó a una huelga y los israelíes vieron cómo la sociedad cerraba a su alrededor.
La acción coordinada fue diseñada para presionar al Sr. Netanyahu para que retrocediera al borde de llevar a cabo las reformas a finales de esta semana.
El líder de la oposición Yair Lapid lo llamó la «peor crisis en la historia del país».
