Durante décadas, las alcantarillas de la era victoriana de Londres han descargado aguas residuales crudas en el río Támesis después de fuertes lluvias.
Pero esto podría cambiar pronto, gracias a un inmenso túnel que se ha construido debajo del río.
Con siete metros de ancho, 25 km de largo y un costo de casi £5 mil millones, está diseñado para desviar las aguas residuales a una planta de tratamiento en el este de Londres.