La delegada de Obras y Equipamientos, Paloma García Romero, acompañada por los concejales de Chamartín, Yolanda Estrada, y Chamberí, Jaime González Taboada, visitó la parte inferior del puente de Raimundo Fernández Villaverde, donde los trabajos de mejora de la accesibilidad se encontraban en su recta final y se esperaba que concluyeran a principios de 2025.
Inversión y objetivos del proyecto
Con una inversión de 600.000 euros y una superficie de actuación de 2.937 m², los trabajos tenían como objetivo la remodelación de las zonas peatonales bajo el puente para mejorar la configuración del espacio público, facilitar su uso peatonal, garantizar la accesibilidad universal y poner en valor el grupo escultórico existente.
Características de la intervención
El proyecto suponía la creación de un plano continuo de suelo, sin escalonamientos, en el que se implantaban zonas de asiento mediante bancos y cubos. Además, la intervención incluía una mejora estética, ya que los pilares y el techo se revestían con vinilos ilustrados con pinos, siendo esta una de las pocas calles de la ciudad que contaba con esta especie.
Mejora ambiental y vegetación
La actuación incluía también la generación de bandas ajardinadas laterales que mejorarían la calidad ambiental de la zona. Para la elección de la vegetación y su distribución, se habían tenido en cuenta las recomendaciones indicadas en la Ordenanza de Gestión y Uso Eficiente del Agua en Madrid y se buscaba un equilibrio entre las zonas transitables y las ajardinadas. En este sentido, se plantaron gramíneas, al ser especies vegetales adaptadas a las condiciones climáticas de Madrid, con bajo mantenimiento y requerimientos hídricos.
Pavimentación y acabados
La pavimentación del ámbito se llevó a cabo con hormigón continuo antideslizante, mientras que en las bandas laterales no ajardinadas se instaló adoquín de granito. Asimismo, se sustituyó el estanque preexistente, vacío y muy deteriorado, por un pavimento de acero inoxidable con acabado de brillo espejo para mantener el efecto de reflejo que tenía el agua. Para la delimitación de los distintos pavimentos se utilizó una pletina de acero galvanizado y el límite perimetral estuvo conformado por bordillo de hormigón.
