La tasa de desempleo en España muestra variaciones significativas según la edad y el sector laboral
La tasa de paro en la franja de 45 a 54 años cayó 1,1 puntos, situándose en el 10%, mientras que la tasa entre los menores de 25 años disminuyó en ocho décimas, quedando en 27,7%. La población activa en España se elevó hasta los 24,23 millones de personas, lo que representa un incremento interanual de 407.000 personas.
Mejoras en algunos sectores
La restauración, la sanidad y el comercio minorista son los sectores que más empleo han ganado en el último año. En contraste, se observan pérdidas significativas en sectores como el comercio al por mayor, el sector público y los seguros. Además, el 14,4% de los ocupados teletrabajó, siendo Madrid la comunidad autónoma con mayor porcentaje a nivel nacional, alcanzando el 25,4%.
España enfrenta una de las tasas de empleo más bajas en la franja de 15 a 64 años, del 65,1%, lo que supone 5 puntos por debajo de la media de la UE.
Informes y hallazgos
Randstad Research ha elaborado un informe que recopila los principales datos del mercado laboral. Entre los hallazgos destaca que más de 1,1 millones de desempleados, lo que representa el 38,5% del total de parados, llevaban más de un año buscando empleo. Esta cifra representa 43.000 personas menos en comparación al mismo período del año anterior.
El informe también revela un aumento de 117.000 personas en el número total de desempleados, elevando la cifra a 2,98 millones, con una tasa de paro del 12,3%. La diferencia en la tasa de paro entre hombres (11,0%) y mujeres (13,7%) se ha reducido, alcanzando su nivel más bajo en cuatro años.
Tasa de paro, por sexos
En el primer trimestre, la tasa de paro en varias franjas de edad mostró una mejora significativa. La tasa más baja se registró en el grupo de 45 a 54 años, donde disminuyó 1,1 puntos hasta situarse en el 10%. Además, la tasa de paro entre los menores de 25 años también mostró una disminución, reduciéndose en ocho décimas hasta el 27,7%.
Actividad del mercado laboral
La población activa en España se elevó a 24,23 millones de personas, lo que supone un incremento interanual de 407.000 personas. Sin embargo, el empleo registró una caída de 140.000 personas, situándose en 21,25 millones, lo que es 200.000 por debajo de su récord histórico.
A pesar de esta disminución, en términos interanuales, el empleo creció en 616.000 personas, destacando el crecimiento entre los asalariados indefinidos y un débil incremento entre los trabajadores por cuenta propia. El mayor crecimiento se produjo entre los trabajadores menores de 25 años con un aumento del 10,2%.
Retos del mercado laboral español
De toda la población activa, el 55,1% cuenta con estudios universitarios o de formación profesional, lo que representa un aumento de 1,2 puntos porcentuales. Sin embargo, 3 de cada 10 ocupados en España tiene un bajo nivel de cualificación, lo que casi duplica la media de la UE.
En cuanto a la actividad por comunidades autónomas, la tasa de empleo supera el 60% en cuatro regiones: Comunidad de Madrid (63,3%), Cataluña (61,7%), Baleares (61,4%) y Canarias (60,2%).
Los sectores que más empleo han ganado en el último año son la restauración, la sanidad y el comercio minorista, mientras que se han registrado pérdidas significativas en el comercio al por mayor, sector público y seguros.
Retos y comparaciones con la UE
Se prevía que el empleo EPA creciera un 2,1% a lo largo del año, colocándose levemente por encima de los 21,6 millones. Sin embargo, la tasa promedio de paro se mantendría elevada, alcanzando el 11,7%, una cifra preocupante en comparación con el resto de la Unión Europea.
España también se enfrenta a una baja tasa de empleo en la franja de edad de 15 a 64 años, situada en 65,1%, siendo la cuarta más baja de la UE y unos 5 puntos por debajo de la media europea. En cuanto al desempleo, España lidera la UE con una tasa de paro del 11,8%, el doble de la tasa promedio europea del 6,1%.
En conclusión, a pesar del crecimiento esperado en la ocupación, España sigue enfrentando desafíos significativos, como la alta tasa de paro, la baja cualificación de gran parte de su fuerza laboral y la persistente brecha en la tasa de empleo en comparación con la media europea.