La cultura del gimnasio no deja de crecer. A las clásicas salas de musculación en las que se reunían hace apenas tres lustros quienes querían marcar bíceps, se han unido las clases colectivas que han servido de excusa para muchos para ponerse en forma y romper con el sedentarismo.

De esta forma, los gimnasios son incluso zonas de reunión que cada vez más sirven para establecer relaciones de amistad con gente que tiene los mismos intereses. Pero, ¿cómo se diferencian unos de otros? ¿qué tienen que tener para conquistar?

Más allá de la oferta de clases y maquinaria, una de las claves está en los detalles.

**Las zonas del gimnasio**

En primer lugar, las salas en las que se desarrolla la actividad deben estar preparadas para tal efecto. Es clave poder tener espacio y no sentir demasiado concentrado el ambiente, por lo que contar con un buen sistema de ventilación y climatización también es importante.

En segundo lugar, los vestuarios del gimnasio son una parte esencial de la experiencia. Aunque no sea donde se pasa más tiempo, debe ser un espacio de confianza. Es el lugar en el que se comparte espacio para cambiarse, guardar las pertenencias personales y refrescarse o ducharse después de hacer ejercicio. Ha habido una tendencia hacia la incorporación de comodidades y materiales de lujo en el diseño de los vestidores, como mármol, madera y detalles dorados.

Las taquillas para vestuarios y los casilleros son ya un imprescindible. Es necesario que sean de buena calidad y garanticen la seguridad de lo que se guarda en su interior. La tecnología también irá llegando a este sector, con casilleros inteligentes con interfaces de pantalla táctil y cerraduras biométricas.

También se incluyen espacios como saunas, baños de vapor y jacuzzis en la zona de vestuario, preparados para proporcionar un tratamiento relajante antes de salir del recinto.

“Todos estos son detalles que marcan la diferencia y hacen que algunos gimnasios y centros deportivos triunfen por encima de otros. Al final, todo cuenta, incluso en las tarifas. No es lo mismo pagar el mismo precio teniendo servicios añadidos y comodidades que permiten disfrutar de una experiencia integral que no tenerlos” explican desde Taquillas y Bancos.