Leave a reply

Por favor ingrese su comentario!
Por favor ingrese su nombre aquí

Los resultados del censo de las poblaciones de buitre negro en Castilla y León en 2022 confirman la tendencia positiva que se venía detectando en los últimos años. El seguimiento realizado por técnicos, agentes medioambientales y celadores de medio ambiente de la Junta de Castilla y León abarca cada año toda la población de la Comunidad, lo que permite conocer la evolución de una de las especies más emblemáticas de la región. En 2022 se han alcanzado las 661 parejas, lo que significa el máximo histórico para la especie en Castilla y León.

La Junta de Castilla y León ha publicado los resultados del censo de buitre negro realizado en 2022 gracias al trabajo de sus técnicos, agentes medioambientales y celadores de medio ambiente. Además, en Segovia ha participado personal del Centro Montes y Aserraderos de Valsaín, del Organismo Autónomo Parques Nacionales. La planificación y organización regional del censo ha sido asumida por el Servicio de Espacios Naturales, Flora y Fauna de la Dirección General de Patrimonio Natural y Política Forestal, y el apoyo de personal técnico de la Fundación Patrimonio Natural de Castilla y León.

Como está contemplado en el Plan de Monitorización del Estado de Conservación de la Biodiversidad en Castilla y León, cada año se visitan todas las colonias de la comunidad que se distribuyen por las sierras de Gredos, Ávila, Guadarrama, Gata, Francia y La Demanda en las provincias de Ávila, Segovia, Salamanca y Burgos respectivamente. El periodo de cría del buitre negro se extiende más de seis meses y desde el mes de febrero los agentes medioambientales y los celadores de medio ambiente comienzan las visitas a las colonias de reproducción, donde contabilizan uno a uno los nidos ocupados por parejas de buitre negro. Durante toda la primavera se realizan visitas periódicas para comprobar la evolución de la reproducción y en verano se confirma si han criado con éxito.

Los resultados del informe de 2022 muestran de forma detallada los resultados del censo y la evolución en cada uno de los núcleos de población. La población censada fue de 661 parejas, repartidas en 7 núcleos de población, destacando el macizo oriental de Gredos con 228 parejas y la sierra de Guadarrama con 216 parejas. Por provincias, Ávila alberga la mayor población con 311 parejas, Segovia con 213, Salamanca con 214 y Burgos con 13 parejas. Los valores de productividad alcanzaron esta temporada un valor de 0,59 pollos por pareja, lo que supone que la cifra de pollos criados con éxito fue cercana a los 400 jóvenes.

En poco más de tres décadas prácticamente se ha triplicado la población, pasando de 231 parejas en 2000 a 661 en 2022. Este aumento también ha tenido un reflejo en la distribución, ya que ha pasado de 18 cuadrículas UTM 10×10 km en el año 2000 a 36 en 2022. Sin embargo, la distribución siempre es de menor magnitud que el aumento de la población, debido a la alta fidelidad a las áreas de cría. Una excepción a esto ha sido la colonización de los Arribes del Duero, una zona muy alejada de los núcleos de población existentes, donde desde hace una década se han instalado varias parejas en la orilla portuguesa del Duero. Por otra parte, la población burgalesa es el resultado de un proyecto de reintroducción llevado a cabo en la sierra de la Demanda, en el límite con La Rioja.

La selección de los árboles para construir los nidos suele estar relacionada con la presencia de ejemplares de gran tamaño. Las especies de pino, principalmente el pino resinero y el pino silvestre, son las más utilizadas, seguidas de las encinas y ocasionalmente de los enebros y alcornoques. La presencia de buitre negro en un territorio se tiene en consideración para la declaración de Zonas de Especial Protección para las Aves (ZEPA). Bajo esta figura de protección se localizan 582 parejas, es decir, el 88% de las contabilizadas en 2022.

En España, el buitre negro está catalogado como «vulnerable» en el Catálogo Español de Especies Amenazadas y está protegido por la normativa europea incluida en la Directiva Aves. El seguimiento de las poblaciones permite evaluar su evolución, pero la conservación de la especie depende también del desarrollo de medidas de conservación activa. Entre estas medidas se encuentra la corrección de tendidos eléctricos peligrosos, la erradicación del uso ilegal de cebos envenenados y la gestión forestal sostenible.

A pesar de la aplicación de medidas de conservación, el buitre negro todavía enfrenta amenazas como la muerte en tendidos eléctricos y el envenenamiento. También se han detectado molestias derivadas de distintas actividades humanas. En definitiva, la situación actual del buitre negro en Castilla y León es muy positiva, aunque se plantean nuevos desafíos en su conservación.

- A word from our sposor -

spot_img

El buitre negro alcanza su mayor cantidad de parejas en Castilla y León con un récord histórico de 661.