El ministro de Derechos Sociales, Consumo y Agenda 2030, Pablo Bustinduy, ha presentado el avance de resultados del estudio ALADINO (Alimentación, Actividad Física, Desarrollo Infantil y Obesidad), que elabora el ministerio que dirige a través de la Agencia Española de Seguridad Alimentaria y Nutrición (AESAN). Este estudio comenzó en 2011 en nuestro país como parte de la iniciativa de Vigilancia de la Obesidad Infantil promovida por la oficina europea de la Organización Mundial de la Salud. Tiene como objetivo conocer la prevalencia del sobrepeso y la obesidad infantil en la sociedad, específicamente en escolares de entre 6 y 9 años, así como analizar la evolución de estos indicadores y su relación con factores socioeconómicos del entorno escolar y familiar.
Resultados del estudio ALADINO
En los datos presentados, correspondientes al año 2023, se destaca que la tasa que mide el exceso de peso infantil ha caído un 4,5% respecto a 2019, año en el que se publicó el último estudio ALADINO. Este descenso se traduce en una reducción del 3,1% en sobrepeso y del 1,4% en obesidad entre los niños y niñas de 6 a 9 años, de manera que la tasa actual de exceso de peso en esta franja de edad se sitúa en el 36,1%, frente al 40,6% que alcanzó hace cinco años. Bustinduy ha subrayado que, aunque es una buena noticia que esta cifra mejore en España, es fundamental seguir trabajando para trasladar estas mejoras a las familias más vulnerables. Según el estudio, las tasas de sobrepeso y obesidad infantil apenas han disminuido entre escolares de familias con ingresos brutos inferior a 18.000 euros anuales. Desde 2011, estos índices se han mantenido estables.
Dificultades por desigualdad
El ministro ha denunciado que «España no puede permitir que la alimentación de los niños dependa de su código postal», aludiendo a las familias que viven en condiciones de precariedad que impactan en la salud de los más pequeños y sus hábitos alimentarios. Bustinduy ha resaltado la responsabilidad de los poderes públicos para garantizar que todos los niños y niñas, independientemente de los recursos familiares, tengan derecho a una alimentación saludable y de calidad. Ha enfatizado que este es un «problema de país» que necesita colaboración de todas las administraciones y de la sociedad civil. Según el estudio, la tasa de obesidad es más del doble entre niños y niñas de menores recursos (23,60%) comparado con aquellos de mayores ingresos (10,90%).
Desigualdades en los hábitos alimenticios
El avance presentado en este estudio, el primero desde la pandemia del COVID-19, destaca la desigualdad como un factor que afecta la salud:
- Desayunos insuficientes: El porcentaje de escolares que desayuna a diario algo más que una bebida es 17 puntos más bajo entre las familias con rentas más bajas (61%) comparado con las de rentas altas (78%).
- Escasez de fruta y verdura: Solo el 45,3% de los escolares consume fruta a diario, reduciéndose el porcentaje a casi la mitad en el consumo de verdura: un 23,8%.
- Demasiadas pantallas: En familias con menor nivel de renta, el porcentaje de niños expuestos a más de 2 horas diarias frente a una pantalla (41,4%) duplica al de las familias con mayores ingresos (22,8%).
- Menos actividades extraescolares: El porcentaje de niños y niñas que realizan al menos dos horas de actividades extraescolares a la semana cae más de 20 puntos en los hogares con menos ingresos (64,2%) frente a los hogares con mayores ingresos (88,1%).
Bustinduy ha concluido que, aunque se avanza, no se hace al mismo ritmo en todos los niveles socioeconómicos, y ha anunciado que desde el ministerio se están implementando medidas «valientes» y «ambiciosas» para continuar reduciendo estas tasas y las desigualdades reflejadas. Ha señalado que la legislación vigente y la autorregulación de la industria alimentaria son insuficientes para enfrentar este reto. En este sentido, el ministro ha enfatizado la importancia de los comedores escolares como espacios claves para educar a los niños en una dieta sana y variada, así como para fomentar buenos hábitos alimentarios. Ha recordado que ya está en trámite el Real Decreto de Comedores Escolares Saludables y Sostenibles y el desarrollo del Plan Estratégico Nacional para la Reducción de la Obesidad Infantil.
Iniciativas para garantizar una dieta saludable
El ministro ha resaltado que el Real Decreto de comedores escolares garantizará que las cinco comidas semanales en los centros educativos sean saludables, lo que asegurará una dieta variada y equilibrada. Se impulsará la ingesta de frutas, verduras, pescado, legumbres y cereales integrales, a la vez que se limitarán los alimentos ultraprocesados, siguiendo los estándares fijados por la OMS. Además, esta normativa promoverá una mayor sostenibilidad medioambiental y económica, favoreciendo productos de temporada y circuitos cortos para que la producción local sea la base de la alimentación en los comedores escolares del país.
Bustinduy también ha mencionado la regulación de la publicidad infantil de alimentos insanos, donde se actuará de manera decidida. Ha hecho referencia a que el porcentaje de niños que consumen bebidas azucaradas más de tres días a la semana se ha multiplicado por más de 8 en los últimos años, aumentando del 0,9% en 2019 al 7,8% en 2023.
La presentación de estos resultados del estudio ALADINO se llevó a cabo en el ministerio, con la presencia de Margarita Guerrero, directora general del Instituto de la Juventud, y Cristina Recuero, secretaria del Observatorio de la Nutrición y Estudio de Obesidad de la AESAN. Se informó que el estudio se realizó entre escolares de 6 a 9 años, a partir de cuestionarios cumplimentados por las familias y los centros educativos, alcanzando un total de 12.678 entrevistas distribuidas en 296 colegios en todo el país.