La superficie de cultivo en España se mantuvo estable el año pasado, con un total de 16.783.025 hectáreas, lo que representa un 0,28 % menos que en el año anterior, según los datos definitivos de la Esyrce 2023. Del total de esta superficie, 11.197.349 hectáreas corresponden a tierra arable, 5.400.047 hectáreas a cultivos leñosos y 185.629 hectáreas a otras tierras de cultivo.
Tierra arable
Las tierras de cultivo en barbecho manifestaron un ligero aumento del 6,91 % en su conjunto, mientras que los cultivos herbáceos descendieron un 3,11 % su superficie con respecto a 2022, principalmente por la reducción de cereales, tubérculos y cultivos industriales.
Destaca sobre todo el descenso del 14 % de la superficie de cultivos industriales, consecuencia principalmente de la menor superficie de algodón (-21,35 %), girasol (-16,21 %) y colza (-15,62 %). Al mismo tiempo, las plantas aromáticas, la remolacha azucarera y el tomate de industria incrementaron su área de cultivo, en conjunto, en más de 13.000 hectáreas.
El grupo de las leguminosas grano es el único de esta categoría que aumentó su superficie, un 50 % con respecto a 2022. Los guisantes (+55,85 %), yeros (+101,50 %), garbanzos (+93,01 %) y veza fueron los cultivos causantes de este incremento. En el grupo de los cereales en general, se produjo un descenso del 4 % respecto al año anterior, arrastrados por el fuerte retroceso de cultivos como trigo blando (-5,85 %), maíz (-19,71 %), trigo duro (-12,26 %), y las dos variedades de cebada.
En el grupo de las plantas forrajeras, la superficie total descendió un 3,39 % respecto a la campaña precedente. Destacaron tanto la bajada de la veza como de los cereales con destino forrajero, mientras aumentaron el maíz, remolacha, nabo forrajero, coles y berzas.
El grupo de hortalizas y flores es, dentro de los cultivos herbáceos, el que experimentó un menor descenso respecto al año anterior (-0,93 %). Se observó un decremento del guisante verde y el melón, mientras que aumentaron los cultivos de sandía (+38,07 %), pimiento (+11,59 %) y tomate (+10,69 %), junto con otras hortalizas como maíz dulce, lombarda, berenjena y calabacín.
Cultivos leñosos
En esta categoría resalta el progresivo aumento de prácticamente todas las especies, excepto los frutales cítricos, viñedo y algunas especies de hueso. En su conjunto, los cultivos leñosos aumentaron su superficie un 0,70 % respecto a 2022.
El viñedo descendió muy levemente, arrastrado por la baja de la uva para vinificación (-0,31 % respecto a 2022). Dentro de los frutales cítricos retrocedieron todas las áreas de producción, salvo las del naranjo amargo.
Las superficies de olivar (+0,72 %), algarrobo (+6,70 %) y de los frutales no cítricos crecieron, esta última sobre todo por el impulso del pistacho, que ganó 12.028 hectáreas, y del almendro, con otras 8.512 nuevas hectáreas. El aguacate, arándano y mango sumaron en su conjunto más de 3.000 nuevas hectáreas respecto al año anterior. Dentro del resto de frutales no cítricos, descendieron el peral (-3,38 %), níspero (-9,19 %) y albaricoquero (-6,04 %), así como los de caqui, entre los subtropicales, y nogal y avellano en frutos secos.