Una infraestructura de gran complejidad técnica, fundamental para mejorar la conectividad y las condiciones de circulación en la zona norte occidental de Cataluña, cuenta con tres viaductos y el túnel de Lilla, de casi 1,5 km de longitud. «Hoy ponemos en servicio una carretera que ilustra como ninguna otra la razón de ser de la obra pública: generar prosperidad y mejorar la calidad de vida de la ciudadanía. Acercamos las provincias de Lleida y Tarragona. Acercamos los campos y la industria de Aragón al Puerto de Tarragona. Hoy los vecinos de la Conca de Barberà están más cerca de su hospital de referencia en Valls», ha asegurado la ministra durante el acto de inauguración del tramo de la A-27, en el que ha estado acompañada por el secretario general de Infraestructuras, Xavier Flores; el subdelegado del Gobierno en Lleida, José Crespín; el delegado del Govern del Camp de Tarragona, Ángel Xifré; la alcaldesa de Valls, Dolors Farré; el alcalde de Montblanc, Oriol Pallisó, y otros representantes de diferentes administraciones territoriales, cámaras de comercio y organizaciones empresariales.
Durante su intervención, la ministra también ha agradecido el esfuerzo de los trabajadores y de los vecinos, con quienes el Mitma ha llegado a un acuerdo para adelantar las compensaciones por las afectaciones en las viviendas. Así, debido a los problemas que los vecinos están teniendo para recibir las indemnizaciones de la empresa responsable de los daños, el Mitma ha decidido asumir su pago y luego reclamar esa cantidad a dicha empresa.
La puesta en servicio del nuevo tramo, que permite salvar la Sierra de Miramar, con una alternativa más segura y directa a la carretera N-240, cerana de Coll de Lilla, que ofrece un trazado sinuoso y de fuertes pendientes, confirma el fuerte compromiso inversor del Gobierno y el Ministerio en Cataluña, donde se está trabajando sin descanso en la mejora de las infraestructuras viales, ferroviarias, portuarias y aeroportuarias.
Con la apertura de este nuevo tramo de la A-27, se prevé un ahorro de tiempo de más de 700.000 horas anuales, ya que se espera que el tiempo medio de viaje se reduzca en 10 minutos, al evitar el paso por el sinuoso «Coll de Lilla» y dirigir el tráfico por un túnel amplio, moderno y seguro. Asimismo, supondrá un ahorro de más de 22 millones de kilómetros anuales, lo que conllevará una mejora en la eficiencia del consumo energético y una reducción de 4.300 toneladas anuales de CO2, aumentando así la sostenibilidad del transporte por carretera. Además, la nueva infraestructura supone un aumento en la seguridad vial.
En términos comerciales, la comunicación entre las zonas industriales del interior, Lleida y Aragón, con el puerto de Tarragona se verá mejorada, lo que influirá positivamente en la competitividad del puerto y en el desarrollo económico y social de la zona.
La ministra ha reiterado el compromiso del Gobierno con las infraestructuras de Cataluña, destacando los esfuerzos realizados en los últimos años y anunciando la apertura de la B-40 entre Olesa y Viladecavalls en las primeras semanas de diciembre. Se sigue trabajando en la redacción del proyecto del tramo final de la A-27, que cerrará la autovía en un futuro enlace con la AP-2 en Montblanc, conectando así las capitales de Tarragona y Lleida mediante vías de gran capacidad.
El nuevo tramo de la A-27, entre Masmolets y Montblanc, cuenta con dos carriles por calzada de 3,50 metros, un arcén exterior de 2,50 metros e interior de 1,50 metros. Dispone de una berma exterior de un metro y mediana de anchura variable, con un mínimo de 3 metros. En aquellos tramos de calzada con una pendiente superior al 5%, se ha dispuesto un tercer carril de 3,50 metros. Se han construido 3 viaductos y un túnel de aproximadamente 1,47 km de longitud en el Coll de Lilla.