En todo el mundo, la ONU dice que casi 1 de cada 10 niños tienen que trabajar como resultado de las dificultades económicas, y en los países más pobres la cifra se acerca a uno de cada cinco.
El trabajo infantil, según Unicef, tiene consecuencias devastadoras y a veces mortales.
Un país en el que está en aumento es Líbano, que ha pasado por múltiples crisis en los últimos años, desde un colapso económico hasta la COVID y luego la enorme explosión en Beirut en 2020.
En la segunda parte de nuestra serie sobre cómo la crisis del costo de vida está afectando a los niños, Caroline Hawley ha viajado desde el norte hasta el sur de Líbano.
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