Uno de los peores delitos sexuales de Gran Bretaña resultó ser un oficial de policía metropolitano en servicio. David Carrick era un oficial armado y resguardaba edificios gubernamentales y la casa del parlamento. Admitió 49 ofensas, incluyendo 24 violaciones -la primera justo al inicio de su carrera policial hace veinte años-. Mantuvo relaciones coercitivas y de control con tres de las mujeres. Regularmente encerraba a una mujer en un pequeño cubículo abajo en su casa.
Ayer, Scotland Yard anunció que está investigando alrededor de 1,000 acusaciones de abuso sexual y doméstico que involucran a aproximadamente 800 de sus propios oficiales. La policía sabía sobre el comportamiento predatorio de Carrick, incluso apodándolo «Bastard Dave». Entonces, ¿cómo no fue detenido? ¿Qué hay acerca de la cultura tóxica en algunas áreas de la policía que contribuyó a que se saliera con la suya durante tanto tiempo?
Sima Kotecha informa.
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