Los rusos que protestan contra la guerra en Ucrania enfrentan considerables riesgos al hacerlo: pueden perder sus trabajos e incluso su libertad. En una ciudad, un hombre ruso que está siendo procesado por publicaciones anti-guerra en redes sociales corre el riesgo de perder a su hija.

La niña, que ahora tiene 13 años, ha sido enviada a un hogar para niños y los servicios sociales están tomando medidas legales para restringir los derechos parentales del padre. La presión sobre la familia comenzó el año pasado después de que la niña dibujara un dibujo anti-guerra en la escuela.