En un informe de 363 páginas, la baronesa Louise Casey ha condenado a la Policía Metropolitana de Londres por ser institucionalmente racista, misógina y homofóbica, citando casos de oficiales y personal racista, sexismo habitual y homofobia arraigada.
Su revisión de un año encontró fallas sistémicas y describió una fuerza policial en la que los casos de violación se abandonaron porque un congelador que contenía pruebas clave se rompió.
Es un juicio severo de casi todos los aspectos de la policía en Londres, y la baronesa Casey tiene la clave para transformarla: con una mejor contratación, una cultura saludable y un enfoque diferente en especializaciones.
Entre las 16 recomendaciones en su revisión se llamó a una revisión inmediata de la verificación. Ella consideró que la falta de requisitos obligatorios de verificación y capacitación respaldados por la ley era una «vergüenza».
Sima Kotecha de Newsnight analiza más detenidamente esos hallazgos.
