El presidente ruso Vladimir Putin hizo un discurso televisado después de un breve levantamiento del grupo mercenario Wagner.
Dijo que se tomaron medidas para evitar un derramamiento de sangre importante durante la rebelión, pero llevó tiempo.
El líder ruso acusó a los organizadores del motín de querer que la sociedad rusa «se ahogue en sangre».
Los combatientes de Wagner pueden firmar un contrato con el ejército ruso, regresar a sus familias o mudarse a Bielorrusia, afirmó el presidente Putin.