Rivera de la Cruz supervisa los trabajos de restauración de los murales
El Ayuntamiento de Madrid está llevando a cabo los trabajos de restauración de las pinturas murales del Oratorio de la Casa de la Villa, para lo cual destinará 210.000 euros. Estos frescos fueron realizados por el maestro cordobés Antonio Palomino en 1696, poco después de finalizar la construcción de la histórica sede consistorial.
Visita de Marta Rivera de la Cruz
La delegada de Cultura, Turismo y Deporte, Marta Rivera de la Cruz, realizó una visita de seguimiento a estos trabajos. La restauración, que comenzó a principios de junio, tenía una duración estimada de 9 meses y se enmarca en el plan de actuaciones de conservación y mejora del patrimonio cultural de la ciudad, gestionado por la Dirección General de Patrimonio Cultural del Ayuntamiento de Madrid.
Valoración del esfuerzo en la conservación patrimonial
Rivera de la Cruz destacó los esfuerzos del Consistorio para salvaguardar la riqueza patrimonial de los madrileños, a menudo poco conocida por la ciudadanía, como estas pinturas. Estas obras decoran las paredes de uno de los espacios de gran interés histórico-artístico que fue sede del Ayuntamiento de Madrid desde el siglo XVII hasta su traslado al Palacio de Cibeles en 2008.
La Casa de la Villa
La Casa de la Villa fue un encargo de Felipe IV en 1629 para albergar las reuniones del Concejo, asignado al entonces Maestro Mayor de Obras Reales, Juan Gómez de Mora. Aunque las obras comenzaron en 1644, se dilataron por problemas económicos y varios arquitectos intervinieron hasta su culminación en 1696, siendo Teodoro Ardemans el encargado de concluirlas. Ardemans diseñó las portadas barrocas, ideó la capilla y configuró el patio, la escalera de honor y las torres angulares.
En el interior del inmueble destacan el Patio de Cristales, el Salón de Sesiones y el Oratorio creado bajo la antigua Torre del Reloj, destinado a oficiar ceremonias religiosas y custodiar las reliquias de María de la Cabeza, esposa de San Isidro, patrón de la Villa, que no había sido elevada a los altares en ese momento.
En 1696, por encargo de los munícipes de la Villa, Antonio de Palomino desarrolló para el Oratorio un programa pictórico centrado en el misterio de la Inmaculada Concepción de la Virgen María, integrado con alusiones a la Monarquía y a la Villa de Madrid, incorporando pasajes de la vida de Santa María de la Cabeza y San Isidro Labrador, así como otros temas sagrados y elementos decorativos.
Las fuentes estilísticas y pictóricas de Palomino se nutrieron de las enseñanzas de Claudio Coello en las obras para el Alcázar de Madrid y del influjo de Luca Giordano, que llegó a España para decorar las bóvedas del Monasterio de San Lorenzo de El Escorial. Esta experiencia permitió a Palomino completar su formación de fresquista y aplicar la técnica del fresco en las pinturas del Oratorio.
Estado de las pinturas y tareas de restauración
La conservación del conjunto pictórico se había visto alterada por diversos factores, incluidos cambios de uso. Además, se produjo una filtración de humedad de una antigua bajante de hierro, lo que afectó a la representación de Santa María de la Cabeza. En 2021, se realizaron intervenciones de saneamiento para garantizar la estanqueidad en esa zona tras sustituir la bajante antigua.
El proyecto de restauración incluyó el análisis histórico, fotográfico y medioambiental de la capilla, la caracterización de los materiales, el registro cartográfico de las pinturas y la aplicación de tratamientos necesarios para la limpieza de la superficie pictórica, la preconsolidación de capas pictóricas, la sujeción de zonas con riesgo de desprendimiento, la consolidación estructural, la desalación de estratos murales, la consolidación mineral del soporte y la reintegración cromática de las pinturas murales. También se realizaría una memoria final del proceso de conservación y restauración del Oratorio.
La Dirección General de Patrimonio Cultural del Área de Cultura, Turismo y Deporte del Ayuntamiento de Madrid llevó a cabo los trabajos necesarios para su recuperación, con el asesoramiento de Teresa Valle Fernández, del Departamento de Pintura Mural del Instituto del Patrimonio Cultural de España. El contrato del servicio de conservación y restauración fue adjudicado a la empresa Talleres de Arte Granda S.A., con Patrocinio Jimeno Victori dirigiendo la restauración.